domingo, 19 de enero de 2020

Velocidad punta



                  Mola, pero (cuasi) no importa




El Ferrari ha sido en 2019, el coche considerado más potente en virtud a sus velocidades máximas.




Cuando eres crío y te gustan los coches, más concretamente los de carreras, lo primero que te imaginas es que su velocidad punta es estratosférica. Eso y su potencia. Lo primero que mirábamos en los coches de calle era su marcador, para ver cuanto corría -aunque sabíamos marcaban de más-; respecto a la potencia, sino teníamos una revista, andábamos en ascuas. Los coches que nos gustaban tenían que correr (mucha velocidad máxima), ser muy potentes, bajitos y con lineas espectaculares.
Luego vas creciendo y te das cuenta de otros muchos factores que influyen, cosas que das por hechas o que crees no cuentan, como suspensiones, dirección, frenos, chasis y, lo más sorprendente de todo: los neumáticos.
Y es que para hacer un buen coche de carreras, la velocidad punta no es lo más importante. Red Bull ganó campeonatos -y en Monza- con un coche que tenía una de las más bajas -a veces la más baja- de las velocidades máximas. La velocidad máxima es un factor, pero no es el determinante a la hora de hacer un buen coche de carreras. Pero no es eso de lo que quiero hablar.



Bottas, con 378km/h en Baku 2016, obstenta el récord de velocidad de un F1 en carrera.



Quiero hablar de la gran velocidad punta del Ferrari de 2019. No sólo era gran velocidad punta, sino que iba bien en los sectores rápidos, algo lógico, pero que no tiene por qué ser necesariamente así.
Se comentaba que la gran velocidad máxima del Ferrari y, sobre todo, la diferencia que sacaba al dominante Mercedes en los sectores rápidos, se debía a la potencia de su motor, que decían era el más potente y a que el coche ofrecía menos resistencia. Si esto segundo era cierto, lo primero no tenía por qué serlo. Con menos resistencia, más fácil ser rápido a costa de perder tiempo en las curvas, que fue, en definitiva, lo que le pasaba al Ferrari normalmente, salvo en Singapur. Lo bien que iba en calificación también influye a la hora de considerarlo el más potente, pero en realidad, eso no lo garantiza.



Los coches de resistencia y los F-Indy tienen más velocidad punta que un F1, pero son más lentos por vuelta.



Por eso es difícil saber si el motor Ferrari era el mejor, como nos gusta pensar a los Ferraristas. ¿Se iba tan rápido en recta gracias a la fabulosa potencia de nuestro motor o, por el contrario, era por su menor resistencia? Quizá una combinación de ambas. Es de suponer que Ferrari sepa la realidad, pero nosotros no. Muchos años, tanto Williams, como Force India, coches equipados con motor Mercedes, eran los que dominaban en este apartado, y está bien claro que sus motores no eran mejores que los del equipo oficial, porque para tener una gran velocidad en recta, influye más la aerodinámica (poca resistencia), que la potencia. De modo que cada cual saque sus propias conclusiones.

lunes, 13 de enero de 2020

Ferrari F1 86




               Que mal coche para tan gran motor








Si hacemos caso a los estudios del Doctor Enrico Benzing, estudios serios con multitud de datos como: sección frontal (S), alerón trasero (S1), carrocería (S2), ruedas (S3), coeficiente de penetración aerodinámica (Cx), peso y velocidades máximas, para calcular la potencia de los motores, concluimos que el Ferrari F1 86 tenía un gran motor.
Según esos cálculos, el más potente era el Ferrari. Quizá algún día sepa por qué el BMW no estaba incluido en el estudio, pero los demás sí: Renault, TAG-Porsche y Honda. Y el Ferrari era el más potente en tres de sus cuatro estudios. Dos eran en carrera, donde la cosa estaba muy igualada.
Honda ganó el cómputo combinado al Ferrari: 963CV por 932, cerrando el grupo TAG-Porsche y Renault con 912 y 902, pero en entrenamientos, Ferrari se impuso con autoridad con sus 1198CV frente a los 1130, 1108 y 1035 de Honda, TAG-Porsche y Renault. Y eso en la combinada, ya que en Paul Ricard el F1 86 superaba al segundo, el Honda, por...¡ 141CV !  1198 frente a 1057, sobran palabras.
Claro que no sabemos como de exacto es este estudio, pero queda claro que al motor del Ferrari lo que no le faltaba eran caballos. Por tanto, el Ferrari, al menos en calificación, debía ir como un tiro. Nada más lejos de la realidad.






El F1 86 no llegó a sufrir el bochorno del 312T5 de 1980, el peor Ferrari F1 de la historia, que no se calificó en Canadá y que en Austria se quedó a 5”34 de la pole, pero este no fue mucho mejor, y si el T5 tenía la excusa de su ancho motor, que le perjudicaba de cara al efecto suelo, y que su ventaja de potencia era de sólo 40CV frente al mítico Cosworth DFV, aquí no a lugar a tales excusas. En calificación el motor rebosaba potencia por doquier y no había un diseño desfasado a la espera de actualización. Simplemente era un mal coche.
De sus actuaciones en carrera no hablaré, porque aunque estaba entre los mejores por potencia, hay más factores que influyen en el motor -consumo, margen de utilización, par, etc...-, solo decir que nunca luchó por la victoria, aunque logró subir al podio. Pero en calificación, con ese motor, debería haber hecho más, mucho más.
Lo más cerca que se estuvo de la pole en tiempo fue a 0”839 en Francia, con Alboreto 6º, y por posición en Imola, Alboreto 4º a 1”277. Lo peor en Canadá a 4”763 con Johansson 18º, estando otras dos veces más por encima de los 4 segundos: España con Alboreto y Gran bretaña con Johansson.. Añádase diez veces por encima de los 3”, once de los 2” y siete de 1”.
Dado que el motor era potente, el que más con permiso del BMW, y los neumáticos eran para todos iguales; el chasis, la aerodinámica y, por tanto, la conducción, eran terribles.






Su sustituto, el F1 87, lo mejoró un poco al principio, pero mucho al final, logrando tres vueltas rápidas, tres poles y dos victorias frente a la nada de 1986.