Señores, hagan juego
La temporada de Fórmula 1 de 1982 hubiera sido sin lugar a
dudas la mejor de la historia de no ser por los tres graves accidentes que
tuvo, dos de ellos mortales. Se dejaron la vida el piloto más querido, el audaz
Gilles Villeneuve, y el más inexperto y desconocido, Ricardo Paletti. Didier
Pironi sufrió el tercer grave accidente de la temporada, aunque en ese caso
salvo la vida…¡y las piernas de milagro! Eso sí, adiós al título y a su carrera
en la F1.
Gilles Villeneuve. |
Villeneuve perdió la vida en Zolder al salir catapultado por los aires al chocar contra el March de Jochen Mass cuando estaba en su último intento de vuelta rápida.
Paletti se estampó a 160km/h en la salida del GP de Canadá contra
el Ferrari de Pironi que se había quedado parado. Se mató.
Pironi, en los libres de Hockenheim, con la pole en sus
manos y bajo el diluvio, sufrió un accidente análogo al de su excompañero
ferrarista.
Esto en cuanto a dramas humanos que empañaron la que fue la temporada
más abierta de todos los tiempos y, de no haber habido estos accidentes, sin
duda hubiera sido la mejor.
Esa temporada hubo nada menos que once vencedores distintos
de siete equipos. La temporada que más se les ha acercado fue la de 1975 con nueve
vencedores distintos de seis equipos.
Ningún piloto ganó más de dos carreras, y el equipo que más
triunfos obtuvo no pasó de cuatro.
Los pilotos ganadores fueron: Prost, Arnoux, Lauda, Watson y
Pironi –todos ellos con dos victorias-; De Angelis, Patrese, Rosberg, Alboreto,
Tambay y Piquet con una.
Los equipos que triunfaron fueron: Renault y Mclaren –cuatro
victorias-; Ferrari –tres-; Brabham –dos-; Williams, Lotus y Tyrrell con una.
© Grand Prix International 1982 |
© Grand Prix International 1982 |
El coche más rápido, como verán en los gráficos estadísticos, fue, de largo, el Renault, que hubiera ganado con Prost el título de pilotos –y ellos el de constructores- por su enorme velocidad pura. Pero como las carreras hay que acabarlas, el mejor coche de la temporada fue, sin lugar a dudas, el Ferrari. Rápido y fiable, ganó de calle el título de constructores pese a no participar en dos carreras: el GP de Bélgica en señal de duelo por la muerte de Villeneuve y el GP de Suiza, al no poder correr Tambay por problemas de espalda. A esto hay que añadir que fueron descalificados en Long Beach y que, en seis GPs –Montecarlo, Detroit, Canadá, Alemania, Austria y Las Vegas- participaron con un solo coche. Con esto queda clara su superioridad. Cierto es que Williams, Lotus, Brabham y Mclaren no corrieron un GP, el de San Marino por la guerra FISA-FOCA, y que Piquet y Rosberg -1º y 2º en Brasil- fueron descalificados de ese GP, al igual que Lauda fue desposeido de su tercer lugar de Zolder, pero así todo nada habría cambiado. Ferrari, de 32 salidas posibles, sólo lo hizo en 22 ocasiones, siendo además, descalificado dos veces, con lo que sus posibilidades de puntuar sólo fueron 20. En tanto que los demás equipos que ganaron –salvo Renault y el modesto Tyrrell- que participaron en todo, salieron en 30 ocasiones. Brabham, Williams y Mclaren, por la descalificación de Brasil de Piquet y Rosberg y la de Niki en Bélgica, es como si hubieran tomado la salida en 29 ocasiones, 9 más que Ferrari en cualquier caso.
GP de Holanda 1982, Pironi ganaba y se ponía líder. |
El título de pilotos se lo llevó Keke Rosberg, que pasó de no poder calificarse en 1981 con Fittipaldi, a campeón del mundo en 1982 con Williams. Keke era un piloto rápido, exuberante y muy seguro, que pese a lograr una sola victoria, su regularidad puntuadora le permitió ganar el título. Eso sí, tampoco es que nadie ganase mucho más y, quien debía haber ganado el título, Didier Pironi, quedó subcampeón al perderse los últimos cinco GPs por lesión. No cabe la menor duda de que Enzo Ferrari tenía razón cuando le dio un trofeo que ponía: “il vero campione del mondo 1982”
Sin duda así fue. Sólo con haber corrido un GP más, se
hubiera proclamado campeón.
Pero, ¿Qué fue lo que propició esta temporada tan abierta? Hubo
varios factores, sin necesidad de analizar carrera por carrera, los hechos
fueron estos:
-La total falta de
fiabilidad de la mayoría de los constructores, ya tuvieran turbo, o no. Sólo
Ferrari y Williams eran fiables, pero en Ferrari tuvieron sendos graves
accidentes.
-La enorme mala
suerte del equipo Ferrari, con dos accidentes que retiraron a sus dos pilotos
de la competición.
-El Renault, el
coche más veloz, rara vez acababa.
-Se empezaban a hacer repostajes y cambios de
neumáticos en carrera –Brabham- pero por falta de velocidad y, sobre todo, de
fiabilidad, nunca pudieron mostrar su valía.
En definitiva, una temporada fantástica en lo deportivo, la
mejor de la historia, pero no en lo humano, con dos muertes y un herido grave.
Sin dichos accidentes seguramente hubiese algún vencedor menos, pero seguiría
siendo la temporada de pronostico más incierto de todos los tiempos e,
indudablemente, Ferrari se hubiera hecho con los dos títulos.
Keke (Keijo) Rosberg, el finlandés de origen sueco se hizo con el título en la temporada más loca de la historia. |
Nota aclaratoria: Cuando hablo de las presencias en carrera de los equipos, cito dos descalificaciones a Ferrari, cuando en realidad sólo hubo una.
ResponderEliminarEl motivo es porque el abandono de Pironi en Long Beach impidió su descalificación, pero al llevar el mismo alerón ilegal que su compañero Villeneuve, queda claro que al final de carrera lo hubiesen descalificado de no haber abandonado.
No así los Brabham y Williams de Patrese y Reutemann, respectivamente, en Brasil -donde fueron decalificados sus compañeros y ellos abandonaron- ya que en este caso, se trató más de un escarmiento de la FISA hacia los equipos con motor atmosérico que hacían trampa con el peso (ver artículo Trampas en la F1) o sea, casi todos, más que de una descalificación rigurosa ya que, en ese caso, se habrían quedado fuera casi todos menos los turbo. Al igualque en el GP precedente. De ahí que no cuente como descalificados Patrese y Reutemann.
Nelson Piquet no participó, al no calificarse, el GP de Detroit, pero no se lo descuento, ya que si no corrió, no fue por baja o sanción, sino por simple falta de velocidad. Velocidad y fiabilidad, más bien. Claro que de no haber llovido el sábado, se habría clasificado. Pero llovió.