viernes, 3 de febrero de 2017

Mauro Forghieri

                                Días de furia









Iba a poner hombre orquesta por eso de que tocaba todas las áreas, pero al ver que ya se habían referido a él de esa forma, escojo esta otra.
Mauro Forghieri, Módena, 13 de enero de 1935, es un gran desconocido en el mundo del motor. Sí, vale, hay quien lo conoce, pero está eclipsado entre el aficionado medio por los geniales Chapman, Murray, Barnard y Newey; como si no hubiera otros.
En España es conocido por los neoaficionados por “culpar” a Alonso del fracaso de Ferrari, lo que no fue cierto del todo. Era un titular sensacionalista sacando de contexto el argumento del genial diseñador italiano que dijo: “Alonso es un gran piloto, pero no es un gran probador. Si durante tres o cuatro temporadas el coche tiene los mismos problemas, eso significa que no lo están desarrollando en la buena dirección y eso es culpa del piloto”
Se puede estar o no de acuerdo con estas declaraciones (yo no lo estoy, o no del todo) pero de ahí a decir que culpaba solo a Alonso del fracaso de Ferrari, media un abismo.
Mauro Forghieri, licenciado en la universidad de Bolonia, se hizo cargo de la Scuderia a los 27 años cuando a finales de 1961 Enzo Ferrari despidió a su cúpula directiva y de ingenieros. Se fueron a la calle hombres del calibre de Carlo Chiti o Giotto Bizzarrini, y Forghieri tomó las riendas.
Durante su estancia en Ferrari se enfrentó -y ganó- a visionarios como Chapman y a genios como Murray, pero mientras estos se limitaban al chasis y a poco más que la F1, Forghieri acaparaba todas las áreas del coche: motor, chasis, cambio y aerodinámica, compitiendo en F1, Sports, GTs, Montaña y hasta en la Can-Am. Y además colaboraba en los coches de calle.



Su obra maestra: el Ferrari 312T.



Evidentemente no estaba solo, y no lo hacía-diseñaba- él todo, ni tampoco todas las ideas partían de él, pero sin duda era un genio.
¿Se imaginan al cacareado -y sobrestimado- Newey a este nivel? No, ¿verdad? Newey “sólo” hace chasis, centrándose en la aerodinámica, mientras que Forghieri estaba en todo.
Claro que ahora la cosa se ha especializado tanto que se hace imposible ver a un “ingeniero total” no ya en la F1, sino en ningún lado.
Forghieri fue el último de su estirpe, un genio que lo abarcaba todo como otros hicieron antes, como el genial Doctor Porsche o nuestro no menos genial, Wifredo Ricart.
Durante su estancia en Ferrari, de 1961 a 1986, diseñó muchos modelos míticos de la firma del Cavallino Rampante, como el legendario Ferrari 330P4, uno de los Ferrari más deseados de todos los tiempos, o la saga de los míticos Ferrari 312, tanto de F1 como de Sports.
De los Sports destaca el 312PB, equipado con su glorioso 12 “boxer” del cual hablaré más adelante.
En F1 su obra maestra fue el 312T, que derivaba del 312B3 Spazzaneve, un proyecto en principio cancelado pero que volvió por sus fueros luego de un año desastroso -1973- en el que Forghieri fue relevado temporalmente de su cargo. Y de esa saga salieron varios modelos que obtuvieron muchas victorias y títulos entre 1975 y 1979, 7 en total (4 de marcas y 3 de pilotos entre los 312T, T2 y T4). Eso sin contar con el motor, el 12 cilindros “boxer”, plano en realidad, toda una joya de la mecánica. Tanto es así, que no sólo fue el mejor motor de F1 durante muchos años, sino que el propio Michael Schumacher quiso probarlo y tras hacerlo declaró: “Hubiera sido muy bonito ser campeón con este motor”



Su motor más emblemático, el 12 "boxer" el primer motor de F1 que superó los 500CV.



Ya antes, en 1968 Forghieri había instalado el primer alerón sobre un F1, en el GP de Bélgica, y también puso el primer alerón móvil con un sistema hidráulico que funcionaba en conjunto con el pedal del acelerador, el DRS de antes. El alerón móvil fue abandonado por problemas con el sistema hidráulico, aunque según otras fuentes dicen que fue prohibido.
También, en 1978, realizó pruebas con un cambio semiautomático, que al final no cuajó, pero que once años después fue por fin adaptado por Barnard. Y no hace falta decir que ese es el cambio que tienen en la actualidad todos los monoplazas y coches de altas prestaciones, mandando al olvido -y eso es una pena- al cambio manual.
Durante esos años luchó de tú a tú contra Chapman, Barnard y Murray y los ganó. Los ganó sin hacer trampa -¿te enteras Murray y cía.?- haciéndolo todo y luchando en más frentes.
Cuando abandonó Ferrari -vaya eufemismo- diseño el motor V12 de F1 para Lamborghini y más adelante, el propio Lamborghini de F1 -enterito- el T 291 de 1991. El coche resultó ser un fracaso, pero conviene no olvidar los pocos medios del equipo. Por otra parte, Mclaren probó su 12 cilindros para un posible uso de cara a 1993, y aunque Senna se mostró encantado con el propulsor, los de Woking finalmente se decantaron por el más convencional V8 de Ford.
Dejó la competición y trabaja por libre. Uno de los proyectos que llevó a cabo fue hacer circular al Ferrari Pinin, coche de salón, primer y único Ferrari de cuatro puertas, que no era operativo. Con éxito. Monta su mítico 12 “boxer”.



El único Ferrari de cuatro puertas, el Pinin, rueda por fin gracias, entre otros, a Forghieri.



Al hablar de los logros de los grandes diseñadores de la historia de la F1 siempre salen a relucir Chapman, Murray, Barnard y Newey. Luego, en menor medida, se mencionan a otros, como Jano, Chitti, Head, el propio Forghieri, etc...
Me da la risa ver como se ningunea a tan genial diseñador, diseñador de todo y para todo, capaz de ganarles a sus coetáneos en todas las áreas en determinados momentos y al que apenas se recuerda.
Tanto Newey y tanta tontería a día de hoy, y con otros antaño. Como si sólo fueran ellos los capaces de llevar adelante un proyecto con éxito.
Y para quienes digan que Forghieri tenía muchos diseñadores capaces a su alrededor, y que no todo era cosa suya, decirles que tienen razón, que así era, y que eso es aplicable también, a los otros diseñadores. Aunque en esos casos, en menor medida. En menor medida porque su dedicación era más exclusiva, no hacían motores, ni cambio, ni otros coches de carreras, etc...
Por tanto, para mí Forghieri esta por encima de esos grandes diseñadores. Tal vez no llegó tan lejos como ellos en muchos aspectos, pero sin embargo en otros sí. Su Ferrari 312T fue uno de los mejores F1 de mediados de los 70  y el motor que lo equipaba, uno de los mejores de todos los tiempos. Por mucho menos, otros son más recordados.

Grazie Mauro.



El Ferrari 312 de 1968 con el alerón móvil, el primero de la historia. En la foto Derek Bell en Monza.

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