martes, 18 de abril de 2017

La noche cae sobre Sakhir

                          Las crónicas carmesí










O cómo Vettel y Ferrari tiñeron de rojo una carrera gris. Gris plata concretamente.
Y es que el sábado Mercedes volvió por sus fueros. Su dominio no fue aplastante pero sí contundente, a lo que habría que sumar unos incordiantes Red Bull, más cerca que nunca de los Ferrari. De hecho, Ricciardo se intercaló entre ellos.
Para que Ferrari y Vettel pudieran dar la vuelta a la situación hicieron falta varios factores. El primero era tener un coche competitivo, y lo tenían; lo segundo era acertar con la estrategia, y acertaron; y lo tercero era tener un poco de suerte, y la tuvieron.
La suerte fue que el Mercedes de la pole era “el Mercedes equivocado”, el de Bottas, el cual estuvo en carrera falto de ritmo no pudiendo ayudar a su compañero. Cosa que habría sucedido de haber estado intercalado entre Lewis y Seb, pero no fue el caso, ya que fue Seb el que se intercaló entre él y Lewis.
La buena salida de Vettel -en la frenada más bien- le granjeó media victoria. La otra media fue la acertada táctica de equipo de anticipar la parada para adelantar en boxes -underut que se dice- al Mercedes de Bottas y así ponerse líder. La cosa estuvo a punto de salir mal por la salida, como en China, del coche de seguridad por el accidente entre Sainz y Stroll, en lo que fue un “Lance” de carrera. Culpa de español, sin duda, pero lance al fin y al cabo, ya que no hubo mala intención.
El caso es que Vettel pudo ponerse líder a pesar del coche de seguridad y Hamilton fue sancionado merecidamente con 5” por hacer hueco entre él y Bottas para no verse superado en la parada por los pilotos que le seguían, algo que está prohibido desde que en Bélgica 2005 Raikkönen lo hiciera para evitar ser adelantado cuando rodaba tras su compañero Montoya. Se prohibió de cara al siguiente GP, en una línea muy FIA, no previendo las cosas y teniendo que actuar a remolque.



Vettel aguantó el empuje en la resalida de Bottas, que lo apretó de lo lindo.



Total, que en la reanudación, pese a que Bottas puso contra las cuerdas a Vettel, este mantuvo su posición, toda vez que Hamilton superó a un Ricciardo que se hundía.
Al estar todos ya con pista libre, Vettel y Bottas con superblandos, por los blandos de Lewis, el teutón se convirtió en el hombre más rápido en pista, seguido de Bottas y Hamilton, el cual sólo pudo superar a su compañero -que le abrió la puerta- y acercarse a Vettel cuando los superblandos de los líderes perdieron eficacia.
Las parada de Vettel dejó líder a Hamilton, el cual tenía que parar otra vez -más cumplir la sanción- y, salvo milagro, la suerte estaba echada. De no ser por los 5” de sanción y quizá, de poner superblandos en lugar de blandos, la carrera habría tenido un final de lo más emocionante, de infarto. Máxime cuando el Ferrari no hacía muy bien el último sector. Pese al empeño y brabura de Hamilton, la diferencia sólo se pudo reducir hasta 6”, para luego estabilizarse. Vettel controló con maestría, ya que demostró al final tener más ritmo si fuese necesario.
Hamilton estuvo señorial en el podio: reconoció su error y pidió disculpas al equipo; agradeció a Bottas el que lo dejase pasar -dos veces- y felicitó a Vettel, ¿que más se puede pedir? Pues que esta deportividad sea recíproca y que dure todo el año.
Vettel por su parte, prefiere mantener la calma e ir carrera a carrera, algo en lo que estoy completamente de acuerdo. Aunque él de momento no se ve como candidato al título, los demás sí. Lógico ya que ha ganado dos carreras de tres -y no ganó en China por el coche de seguridad- demostrando el Ferrari ser un buen coche. Un pelín más lento que el Mercedes en calificación, pero a su altura -o casi- en ritmo de carrera.



Vettel feliz, acompañado de un caballeroso Hamilton y un decepcionado Bottas.



De los segundas espadas, decir que Bottas ha demostrado rapidez en calificación, pero falta de constancia en carrera, en tanto que Kimi parece un tanto apático. Convendría recordar que tanto Lewis como Seb son dos pilotazos, y que quedar detrás de ellos no es ninguna deshonra. Claro que Kimi lo está haciendo un poco peor que su compatriota, más si cabe si tenemos en cuenta que él es todo un campeón.
Pedro Martínez de la Rosa, en los micrófonos de Movistar TV dijo: “Raikkönen nunca pisa el simulador, es Vettel quien lleva el peso del equipo, como antes lo era Alonso...”. No veo por qué Pedro ha de mentir, aunque a mi eso me suena más a leyenda que realidad porque, de ser así, no comprendo el motivo de Ferrari de mantener a un piloto que ni trabaja -según De la Rosa, ojo- ni marca la diferencia en pista. Algo tendrá Kimi para que le hayan renovado y el equipo haya mantenido su fe en él. Pero de seguir así no lo veo en Maranello en 2018, y es una triste forma de acabar para el hasta ahora “último campeón Ferrari”.
Massa y Pérez estuvieron muy bien en carrera, este último recuperando de 18º a 7º, toda vez que Hulkenberg fue muy brillante en los entrenamientos, pero no tanto en carrera.
Carlos Sainz fue el claro culpable del incidente entre él y Lance Stroll, aunque su sanción -tres puestos en parrilla en Rusia- me parece excesiva.



Raikkönen versus Massa. Este año el finlandés parece ser de la opinión de la DGT: "para llegar primero hay que salir antes, no correr". Bromas aparte, todos quermos ver pronto al mejor Kimi, al "Kimi de 2005"



Pascal Wehrlein volvió a las pistas luego de su lesión en la Carrera de los campeones, y con nota. Estuvo de matrícula a lo largo de todo el fin de semana. De seguir así, habría que preguntarse el por qué ni Mercedes, ni Williams, le dieron una oportunidad.
En referencia a Max Verstappen, esta vez el niño prodigio falló, pasándose de frenada luego de un gran inicio de carrera. Cosas de las carreras, todos cometemos errores. Lo que no me gusta es su actitud. Eso de criticar a Massa porque le estorbó cuando calentaba ruedas de cara a su último intento en Q3, me parece más pataleta por verse superado por Ricciardo que otra cosa. Y no es la primera vez. No me vale la excusa de que es joven ni nada por el estilo. Tiene gente a su alrededor para aconsejarlo. Lo malo es que esta gente, más que aconsejarlo, se limita a “darle jabón”. Tampoco es la primera vez que sucede. De hecho, parece lo habitual: Vettel, Hamilton y Alonso, en su momento, vivieron situaciones parecidas.
Acabaremos con Mclaren. Esta vez su déficit de velocidad punta era de unos razonables 10 km/h, aunque ya sabemos que para la punta en un F1 cuenta mucho el apoyo aerodinámico. Por tanto, no quiere decir que haya habido progreso. De hecho, el no poder alinear el coche de Stoffel Vandoorne en carrera, es un motivo más de preocupación.
Lo que no me vale son las quejas de Alonso vía radio diciendo que lo han adelantado en recta cuando estaban 300 metros por detrás. Ni sucedió en China, ni mucho menos aquí. Vale que en el calor de la batalla, y con el motor menos potente de largo, uno pueda decir estos exabruptos. Pero eso no quiere decir que sean ciertos, más allá de que en una determinada vuelta el Mclaren haya podido tener más problemas de los habituales. Que no son pocos.



Excelente Wehrlein -algún día sabré escribir su apellido- en su regreso a la F1. Para callar bocas.



He visto al Mclaren luchar contra los Renault y Sauber, y de eso nada. Se defendía bien. De perder esa distancia, no habría durado ni un suspiro. Ni tampoco habría pasado a Q2 Alonso. De hecho, serían los últimos de largo, y no es el caso. Por tanto, falta de potencia, sí. Pero no nos pasemos.
Tal falta de potencia no nos deja ver las virtudes de un chasis que, esta vez sí, parece bueno. Esperemos que Honda mejore pronto y así podamos ver las verdaderas virtudes del MCL32, en caso de que las tenga.
De cara al mundial, veremos si la cosa sigue así, es decir, al rojo vivo.


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