domingo, 4 de diciembre de 2022

Muere Patrick Tambay

 


                            Adieu mon ami




Patrick Daniel Tambay nos ha dejado hoy a los 73 años de edad tras una larga enfermedad. Padecía parkinson y diabetes hace años.

Para mí, lo menos importante es que su segundo nombre sea Daniel, como yo me llamo, o que muriese a los 73 tras una larga enfermedad, como mi madre; lo importante para mí es que otro de los ídolos de mi infancia ha muerto, y cuando eso pasa, una pequeña parte de uno muere.

Mis recuerdos de Patrick Tambay datan de 1982, mi segunda temporada en F1. Lo vi debutar sin pena ni gloria en Ferrari en el GP de Holanda que ganó su compañero Pironi sustituyendo a su amigo, el malogrado y ya entonces leyenda del motor, Gilles Villeneuve. Esa fue la primera carrera de F1 que pude ver íntegra, aunque en diferido un día después de que se celebrase. Por entonces en Holanda se corría los sábados, y TVE la puso el domingo entera, un lujo entonces. Lo primero que me llamó la atención -era un niño entonces- es que se llamaba igual que Depailler.



1983 fue su mejor año en la F1. En la foto en Mónaco, con el 126 C2B.


Ese día Tambay no hizo gran cosa con el Ferrari 126C2, pero más que problemas de adaptación, los tuvo mecánicos. Pero ya en la siguiente carrera finalizó tercero tras Lauda y su compañero Pironi. Tras un cuarto lugar en casa, en Francia, tras los intocables Renault y su compañero, logró la victoria en Alemania, carrera recordada por la pelea, con algún que otro tímido puñetazo, entre Piquet y Salazar, al sacar este de pista al ser doblado, al brasileño, que iba líder. Claro que más que por eso, la carrera se recuerda porque Pironi, poleman y gravemente lesionado, no corrió. Ni esa, ni ninguna más. Visto lo visto, hubiera ganado, suficiente, pese a faltar cinco carreras, para coronarse campeón.

Tambay no volvió a ganar ese año, perdiéndose por problemas de espalda los GGPP de Suiza y Las Vegas, aunque logró un bonito segundo lugar en Monza.

Y llegó 1983, donde partía junto a Arnoux con todas las posibilidades de ser campeón. En la cuarta cita, en Imola, ganó con el Ferrari número 27, el de que fue su amigo, Gilles Villeneuve, en la pista donde en 1982 se iniciaron las hostilidades en Ferrari que tanto dieron -y dan- que hablar. Fue una victoria emotiva, aparte de por el 27 -primer número mítico de la F1- y por ser en Imola, porque salió tercero, la misma posición que Gilles un año antes y con una bandera canadiense pintada justo delante de él, amén de que un aficionado le agitó en la salida otra bandera canadiense, como para acabar el conjuro. “¡Villleneuve!” nada más quitarse el casco y “¡alguien me ha ayudado hoy!” fueron las primeras palabras del ganador.



Como muchos europeos, tuvo que emigrar a EEUU para triunfar.


1983 fue su mejor año en la F1, el de sus primeras poles, cuatro, las mismas que su compañero René. Luchando por el título hasta que en la recta final, en Brands Harch -donde en 1982 logró su primer podio- perdió el tren del campeonato. Claro que las averías de Hockenheim y Austria a mitad de temporada, cuando podía haber sumado valiosos puntos, como mínimo en el podio en ambas-, fueron lo que le hicieron perder comba. Sus malas salidas de Detroit y Holanda, tampoco ayudaron, si bien en Detroit no le dejaron seguir, en Holanda recuperó hasta el segundo lugar tras su compañero Arnoux.

Fue despedido de Ferrari al acabar el año, aunque en el equipo todos lo querían. No pudo despedirse a lo grande, con victoria, pero al menos marcó la pole en una vuelta impresionante en Kyalami con los turbos a tope, repartiendo el premio de la pole con sus mecánicos, que a modo de despedida pintaron: “¡Viva Patrick!” en el portón de su garage.



La decadencia de Renault en F1 pilló por medio a Tambay, que no pudo hacer nada por evitarla.


Para 1984 fichó por Renault, logró la pole en casa -la última de su carrera- y estuvo a punto de ganar -acabó segundo-, rozando la victoria también en Monza, hasta que le falló el acelerador. Todo lo demás casi fueron abandonos, como en 1985, donde sus terceras posiciones de Portugal e Imola fueron sus últimos puestos de honor con el decadente Renault. Se retiró en 1986 corriendo con el Lola-Ford -primero Hart- de Carl Haas, el que fuera su jefe en los tiempos de la Can-Am, donde ganó con él dos títulos en 1977 y 1980. No iba a repetir estos resultados en la F1. El Lola no era ni rápido, ni fiable. Un quinto puesto en Austria y gracias.

Eso desde que yo lo conoci, pero en F1 debutó antes, en 1977, con Surtees. Bueno, lo intentó, ya que no consiguió calificarse en Francia, pero luego corrió con Theodore el resto del año logrando un par de quintos y un sexto lugar, nada mal para ese coche. 1978 y 1979 corrió con Mclaren con un cuarto lugar en Suecia como mejor resultado, regresando a Theodore en 1981 logrando un sexto lugar, cambiando por Ligier a media temporada, equipo con el que unicamente cosechó abandonos. Y en 1982, a Ferrari.



Tambay dejó en el Dakar muestras de su gran talento.


Fuera de la F1, aparte de la Can-Am en la que triunfó y las fórmulas de promoción, corrió en Le Mans, logrando su mejor resultado en 1989 con Jaguar, siendo cuarto. Ese año corrió con Jaguar el mundial de resistencia. El podio -segundo- en los 480 km del Jarama fue su mejor resultado. Corrió a mediados de los 90 algunas carreras con un Bugatti EB 110 para finalizar su carrera de piloto en las Grand Prix Masters en 2005 y 2006, que eran más bien carreras espectáculo.

Aparte de las pistas corrió el Paris Dakar con Range Rover, Mitsubishi y Lada. En 1988 y 1989 finalizó tercero tan mítica y dura prueba, con Range y Mitsubishi respectivamente. Logrando victorias de etapa.

Mi principal recuerdo de él, al margen de sus años en Ferrari, es cuando un día, leo en el “Diario Montañés” sobre el Paris-Dakar: “Tambay gana la etapa y le saca tres horas a los Peugeot”. ¡Que tiempos! ¡Que recuerdos!

Descansa en paz Patrick Tambay, sin ser una leyenda, para mí lo eres y sin duda, como aquella victoria de etapa del Dakar, tuviste actuaciones de leyenda que merecen ser recordadas.



Su amigo y vecino Patrick Tambay.


PD: Tambay además, se parecía al Peter Parker (identidad secreta de Spiderman) dibujado por John Romita, que curiosamente es mi superhéroe favorito.


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