viernes, 8 de septiembre de 2017

Ferrari 126C4 y sus evoluciones



                               Tres en uno








Esa es la mejor definición de este modelo, un modelo que conoció a lo largo de 1984 tres versiones distintas: la normal, la M y la M2, significando la “M” modificata. Todas ellas fáciles de diferenciar entre sí, no como el 126C2B y C3, que pese a ser modelos distintos, esteticamente eran “calcaos”. Lo mismo que muchas versiones “B”, que son “B” porque te lo dicen y te lo tienes que creer, de lo contrario dirías que son el mismo coche.
Este fue el primer Ferrari en lucir una pegatina de Marlboro y para mí, mi primer Ferrari “decepcionante”, más que nada porque era mi cuarta temporada de F1 -la tercera completa- y con apenas 10 años todavía creía en los Reyes Magos y que todo era Jauja. Es decir, pensaba que Ferrari iba a estar luchando por el título siempre, que se ganarían carreras, que los podios se daban por sentados -al igual que las poles- y eso de ser doblados... ¡ni en broma!
Esa temporada me abrió los ojos. Y lo que me quedaba -y queda- por aprender.
El C4 sólo ganó una carrera -aunque debieron ser dos con la de Dallas- y obtuvo una pole. ¡Que diferencia con el año anterior!



126C4 primera versión.



Como bien dijo Arnoux: “fue una temporada decepcionante sobre todo teniendo en cuenta lo fuertes que veníamos de 1983”.
Decepcionante o como se quiera considerar la campaña, el 126C4 como diseño estético me encantaba. Era lo que debería haber sido el C3 de 1983 con un aspecto todavía más compacto al haber dejado el arco de seguridad al aire, lo que aligeraba visualmente el monoplaza.
Pero también era ligero de verdad, ya que fue la primera vez que un Ferrari lograba situarse por debajo del peso mínimo reglamentario, que por entonces era de 540kg sin piloto ni gasolina. Por primera vez un Ferrari F1 tuvo que ser lastrado. Anteriormente siempre les sobraban unos kilos.
Su fantástico V6 a 120º -de ahí la denominación 126- que rendía oficialmente en carrera 660CV -y 800 en calificación- no tuvo continuidad en el chasis, aunque no por falta de medios ni interés.



126C4M, segunda versión. Radiadores horizontales y tumbados hacia delante, como en el Mclaren.



Prácticamente no hubo dos C4 iguales en cada GP. La inyección electrónica Weber-Marelli aparecía y desaparecía -en Zolder, cuando ganaron, no se empleó- y se ensayaron multitud de tipos de suspensión y batallas sin llegar a encontrar la solución ideal. El reparto de pesos, ubicación de radiadores, diseño de pontones y demás, también fueron objeto de continuo cambio, da ahí que al final hubiese tres versiones del C4. Aunque si nos ponemos tiquis miquis podrían considerarse más. Como fuere, nos quedamos con las tres oficiales.
La última versión, la M2, ya empezaba a tener la famosa cola tipo “Coca Cola” que empleó Mclaren en 1983 y que fue copiada por el resto de equipos. Ferrari todavía no había conseguido compactar su trasera tanto como para ajustar la carrocería como hacía Mclaren en el Mp4, pero ya empezaba a acercarse. Forghieri era un admirador de este tipo de solución, pero de momento el motor y sus accesorios ocupaban tanto, que no podía llegar a tal extremo.



126C4M2, tercera versión. Primera botella de "Coca Cola" en Ferrari de inspiración Mclaren.



Como punto final, decir que el C4 última versión, el M2, fue la base del 156/85 de 1985 con el que de no haberse liado a mitad de temporada Ferrari con los turbocompresores, tal vez podría haber logrado el título. Y es que hay fotos de los C4 M2 probando el alerón de 1985 -en el que la FISA prohibía las derivas laterales- que mucha gente confunde con el 156/85. Una manera fácil de diferenciarlos es por la ubicación de los radiadores y por las tomas de aire de los turbos. Dos tomas tipo NACA en el capó del C4 -ya que los turbos iban en el centro de la V- y dos pequeños snorkels a los laterales en el 156/85, al desplazarse los turbos al exterior de la V.

En definitiva, tres Ferrari F1 en uno, hermosos todos ellos.



126C4 M2 con el alerón de 1985. Si uno no se fija, piensa que es el 156/85. Pero la ubicación de turbos y radiadores lo delata.

1 comentario:

  1. Esto de la potencia de los motores turbo de aquella época siempre es muy relativo. Si partimos de la base "oficial" de 600CV en 1983, 660 en 1984 son más que suficientes. Pero un motor turbo es muy "facil" aumentarle la potencia, mucho más que a uno aspirado. Y ya en 1983 se hablaba de 750CV en calificación.
    En 1984, Enrico Benzing, en el anuario oficial Ferrari de 1989, situaba la potencia del 126C4 en carrera en 660CV al principio para acabar la temporada con 730. Y en calificación se pasó de 800 a 820.

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