lunes, 3 de octubre de 2022

GP de Singapur 2022

 

                        Checo urban cowboy





Sin duda al Checo se le dan bien los trazados urbanos. Tres de sus cuatro triunfos han sido en ellos: Baku, Mónaco y Singapur, y su única pole también, en Arabia Saudita. Este año ha ganado en las dos pistas más complicadas, Mónaco y Singapur, siendo esta última quizá su mejor victoria, más que nada por las dificultades que el Checo arrastraba últimamente con su RB18.

La F1 regresaba al Singapur tras dos años de ausencia, en la pista nocturna por excelencia -el primer GP nocturno fue este, en 2008-, donde Vettel ganó en F1 por última vez y como vimos, el tiempo no iba a acompañar.

Esta carrera podría ser un duelo a tres, ya que a los dos habituales, Red Bull y Ferrari, se les podía unir Mercedes en esta carrera, sobre todo Hamilton, a sus anchas en la difícil pista de singapur.

Tras unos libres en seco y mojado, donde Ferrari y MB dominaron, la calificación se disputó en una pista húmeda que iba secándose muy poco a poco. De ese modo, tanto la Q1 como la Q2 se disputaron con intermedios. Bottas, Ricciardo, Ocon, el retornado Albon y Latifi se quedaban en el primer corte, mientras que en el segundo lo hacían Russell -apeado por milésimas por el Haas de Magnussen-, Stroll, Schumacher, Vettel y Zhou, de nuevo más veloz que su compañero Bottas.

La ronda final fue muy emocionante, todos con lisos blandos y sin detenerse. La pole se la llevó Leclerc, más por errores ajenos que por aciertos propios. Su vuelta buena, la última, se cimentó en un gran tercer sector, el más delicado eso sí, en una vuelta en la que sus dos primeros sectores no fueron buenos, pero compensado en el tercero. Y eso que fue de los primeros en cerrar vuelta. De haber juntado sus mejores sectores, habría bajado cuatro décimas. Dudo nadie o hiciese.



El Rey de los sábados, Charles Leclerc, suele quedarse sin premio el domingo, como en 2019.


Pérez fue segundo en una vuelta más homogénea, y más al final, precediendo a un Hamilton que pareció tenerlo en su mano, para al final morir en la orilla. Marcó el récord del segundo sector, pero no pudo con Charles. Tampoco pudo el otro “Charles”, en este caso Sainz, que se quedó a 171 milésimas -Checo a 22 y Ham a 52-, pero que cruzó la meta tan justo -por centésimas- que pensó no le daba tiempo a dar otra vuelta. Y como el equipo no le avisó...

Quinto un gran Fernando Alonso precediendo a Norris, Gasly, Verstappen, Magnussen y Tsunoda. Con nueve décimas de ventaja iba Max en el segundo sector cuando el equipo le dijo que abortara por falta de gasolina. Esta vez no le iba a salir todo bien al campeón. De cara a la parrilla, Russell partiría desde boxes -en lugar de undécimo-, por cambiar reglajes bajo régimen de parque cerrado.

La carrera se retrasó mas de una hora por la lluvia, aunque al menos se disputó, ya que cuando se corrió aquí por primera vez, había dudas de si se podría correr de noche en agua. Y está claro que sí. Fue una vergüenza, otra más, el retraso de la salida, pero al menos se corrió, a diferencia de Spa el año pasado. La FIA, con sus retrasos y anulaciones por “cogérsela con papel de fumar”, hace que cada vez sea menos atractiva la F1, y no digamos ya acudir a un GP en directo. Si no quieren se corra en lluvia, que lo digan de una vez y dejen de tomarnos el pelo. Es ridículo no correr en lluvia, pero si ellos lo quieren así, que lo digan.



Carrera 351 para Alonso, récord que no pudo celebrar al abandonar cuando iba sexto.


El mensaje que sacamos por parte de la FIA es que los F1 no corren si llueve, sólo con pista húmeda, por tanto, es absurdo Pirelli haga ese tipo de ruedas, ya que luego su uso es innecesario a causa de las banderas rojas, retrasos y suspensiones. Todos los directivos de la FIA que permiten esto deberían irse a la cola del paro.

Y como la carrera se disputó bajo suelo húmedo, se nos privó de una carrera mucho mejor en agua, con más incertidumbre y posibilidades. Porque sí, la pista estaba difícil y la carrera tenía más alternativas que en seco, pero menos que en mojado. Y al final no pasó nada. Bueno, sí, unos coches de seguridad, la mayoría virtuales, que no aportaron nada.

En la arrancada se decidió todo. Pese a arrancar bien, Leclerc perdió tracción al subir velocidades -como Hamilton- y ambos fueron superados. Él por Pérez, y Ham por Sainz, en una acción un tanto al límite. Ham se quejó y no le faltó razón, pero dadas las circunstancias, no pasó de ahí.

Checo y Charles estuvieron toda la carrera por encima de los demás. Sólo Verstappen hubiera podido mantener el ritmo de haber estado ahí -pero no estaba , estaba en tráfico- y quizá Ham, al menos en parte y de media carrera en adelante, cuando quedó claro que tenía más ritmo que Sainz.



Todo pundonor, la Diosa fortuna le fue esquiva a Hamilton en Singapur. Ya le sonrió bastante.


Verstappen, que arrancó mal perdiendo cuatro posiciones, fue de los pocos que adelantó en pista. Iba noveno a más de 31” del líder cuando el choque entre Latifi -como no- y Zhou causó la salida del primer coche de seguridad en la vuelta ocho. Nada cambio salvo el reagrupamiento y, gracias a él, Max pudo superar a dos coches: Vettel y Gasly, situándose a estela de Alonso, con quién no pudo pese a su mayor ritmo.

En cabeza, Leclerc parecía tener más ritmo que Pérez, que así todo iba como una flecha, pero cuantas más vueltas pasaban, quizá por la degradación, las tornas se ponían a favor del Checo, que empezaba a distanciarse poco a poco cuando el abandono de Alonso -para “celebrar” su 351 GP de récord-, provocó la salida de un “virtual” en la vuelta veintidós, que aprovechó Russell para parar y poner lisas (medias) perdiendo menos tiempo. Decisión arriesgada pero que en su situación se lo podía permitir. Se relanzó dos vueltas después y cuatro vueltas más, otro “virtual”, esta vez por el accidente de Albon y casi al unísono, el abandono de Ocon, ralentizaba el GP.

Vuelta treinta y uno y de nuevo a todo meter. El Checo y Charles a toda mecha con Sainz perdiendo comba y Hamilton la paciencia. Tanto es así, que en la vuelta treinta y tres se fue largo en la curva 7 empotrándose contra las protecciones, aunque salvó el abandono. Se reincorporó quinto, solo perdiendo un lugar, con el alerón dañado justo en las narices de Verstappen.



El error del sábado del equipo impidió a Max luchar por el triunfo. Así todo, el domingo no estuvo muy fino.


Y fue prácticamente entonces cuando Russell empezó a hacer funcionar sus neumáticos y los de cabeza comenzaron a parar. Leclerc lo hizo antes que Pérez en busca de un “undercut” de esos, pero a su mala parada -5”3-, en parte por posicionar él mal el coche, habría que añadir que le costó calentarlos, con lo que Pérez, que paró a continuación, salió más lejos. Y prácticamente pararon todos, con Ham cambiando el alerón.

El accidente de Tsunoda con lisas en la treinta y cuatro provocó la salida del último coche de seguridad de la noche, esta vez real, con lo que la carrera de reagrupó y Pérez se quedó sin la ventaja que había acumulado sobre Leclerc toda vez que Norris mantuvo posición con Verstappen al aprovecharse del coche de seguridad.

En la cuarenta se relanzaba de forma definitiva el GP por este orden: Pérez, Leclerc, Sainz, Norris, Verstappen, Ricciardo -que había remontado desde el décimo séptimo lugar-, Stroll, Vettel, Hamilton, Gasly, etc...

Max atacaba a Norris en la siete y se iba largo tras una bloqueada morrocotuda, saliendo delante de Ham, aunque por poco tiempo, ya que acto seguido paraba en boxes para cambiar sus dañadas cubiertas, poniendo blandas, cayendo a la décimo tercera posición.

En cabeza, mientras se calentaban las ruedas y la pista estaba más delicada, Leclerc ponía contra las cuerdas a Pérez, que se defendía bien en gran parte por la enorme dificultad para adelantar en esta pista, pese al DRS del monegasco, que si no... ¡otro gallo cantaría!



Mclaren, que estrenaba decoración -nada agraciada- pescó en río revuelto.


Pasado el apuro y una vez que un pequeño falló dejó a Charles, luego de unos emocionantes giros, sin DRS, el Checo se distanció ayudado por su menor degradación y quizá por haber castigado más las ruedas a su rebufo el Ferrarista. O simplemente, que el RB es mejor. Pero como pesaba sobre el Checo una posible sanción por conducir mal tras el coche de seguridad, tuvo que tirar al máximo para distanciar a Leclerc a más de 5“. Dicho y hecho, al final ganó el pulso, y es que el Red Bull sigue siendo en carrera un coche superior, y el Checo lo demostró.

Por detrás Verstappen fue remontando hasta situarse tras Ham, al cual pasó cuando este falló en su intento de superar a Vettel. El que no falló fue Max, que lo hizo en la última vuelta para acabar séptimo.

Y así quedó la carrera: Pérez, Leclerc, Sainz -muy flojo-, Norris, Ricciardo, Stroll, Verstappen, Vettel -autor de una arrancada fenomenal-, Hamilton y Gasly como hombres en los puntos.

Al final al Checo le impusieron una sanción de 5“ que no cambió nada, pero Ferrari no pareció conforme ya que consideran hubo dos infracciones. Y las hubo. Pero francamente, creo no es manera de ganar. Checo no ganó nada, no hizo perder nada a los demás y tampoco puso en peligro a nadie. No es lo mismo que una actitud errática tras el coche de seguridad, saltarse una chicane para adelantar o evitar serlo, etc... por tanto, creo la Scuderia obró muy mal al reclamar, lo mismo que creo en estos casos la FIA debería multar, no castigar con tiempo. Otra cosa sería hubiera reiteración, una constante de hacerlo mal el mismo piloto.



Eclipsado por su compañero, lejos de la zona de puntos, Russell se consoló con la vuelta rápida.


En esta carrera Hamilton brilló de nuevo y machacó a su compañero, sacando el campeón que es, aunque en carrera no estuvo afortunado. Quizá por intentar alcanzar lo inalcanzable, que es cuando se comenten los errores, y cuando un piloto forja su leyenda, corriendo en inferioridad de condiciones.

Y ahora a Japón, donde Verstappen puede cantar el alirón. Ferrari y Mercedes tratarán de impedírselo, simplemente para ganar ellos, ya que los títulos están más que finiquitados. Hasta Suzuka.


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