Ojos de fuego
René Alexandre Arnoux, apodado "ojos de canica" y "el marginal", nació el 4 de julio de 1948 en Pontcharra, (Francia) disputó 149 GGPP logrando ganar en siete -el segundo francés de más éxito en F1 tras su archienemigo Prost- y lograr nada más y nada menos que 18 pole positions, la última en Silverstone 1983, su carrera n.º 73, lo que le daba una efectividad nada despreciable del 24,66%, que bajó al 12,08% al acabar su carrera, entre otras cosas, al no disponer a partir de 1984, de coche con el que luchar por ellas.
Obtuvo 12 vueltas rápidas, 22 podios, abandonó 70 carreras, casi la mitad de las que disputó y lideró 507 vueltas para un total de 2571 km.
Es recordado por su duelo con el mito canadiense Gilles Villeneuve de Dijon 1979, quizá el mejor duelo de la historia -el de Mansell-Berger de México ´90 tampoco está nada mal-, por sus grandes cualidades de “esprinter”, por su pilotaje con la cabeza adelantada y por conducir espectacularmente los “llameantes” Renault y Ferrari turbo de finales de los 70 y principios de los 80. También destaca, por decirlo de alguna manera, por tener el casco más soso de la historia y por una gran enemistad con su compatriota Prost, en las que ambos se dejaron buenas “perlitas” fuera de las pistas como “correr para Renault sí, pero no para Prost” de las más suaves.
La fiabilidad no era como ahora, de ahí su alto índice de abandonos, muchos con el coche en llamas. |
Como dato anecdótico, comparte con Ralf Schumacher y Nigel Mansell el honor de lograr una pole es día de su cumpleaños, en su caso en el GP de Francia de 1981.
Campeón de Europa de Fórmula 2 en 1977, debutó en la F1 en 1978 con Martini, un coche muy bonito pero poco competitivo, pasándose tras cuatro carreras a Surtees, donde corrió en dos, con idéntica suerte. Tres novenas posiciones fue lo máximo que consiguió ese año, dos con el Martini y una con el Surtees.
Pero la suerte le cambió en 1979 al fichar por Renault, equipo oficial que entraba con todo y con la tecnología que iba a cambiar la F1, el turbo. No ganó pero le faltó poco, fue tercero en Francia, carrera del mítico duelo con Villeneuve antes comentado, en la que ganó su compañero Jabouille para, acto seguido, ser segundo en Inglaterra cuando otro equipo se estrenaba, en este caso Williams con Clay Regazzoni, finalizando el año con otro segundo lugar en Watkins Glen tras su amigo Villeneuve. Pero aunque no ganó, marcó sus primeras poles, dos, en Austria y Holanda.
1980 no empezó bien. En Argentina, mal en entrenamientos y abandono en carrera para, acto seguido, apuntarse los dos siguientes GGPP, Brasil y Sudáfrica y liderar el campeonato, liderato que mantuvo hasta el GP de Bélgica, dos carreras más. Y ya no lo recuperó, el Renault era rápido, pero frágil, y no volvió a ganar, aunque se anotó tres poles más en Austria, Holanda e Italia, finalizando sexto el campeonato, posición que no mejoró en 1981, al acabar noveno y sin victorias, sólo con un podio, segundo en Austria, aunque logró cuatro poles: Francia, Gran Bretaña, Austria, esta por tercer año consecutivo, e Italia.
Holanda 1982, sino su peor accidente, sí el más espectacular. |
1982 fue su último año en Renault, donde era compañero de Prost desde 1981, piloto con el que no se llevó nada bien, estableciéndose entre ambos, más que una rivalidad, una enemistad. Logró cinco poles: Sudáfrica, San Marino, Detroit, Mónaco, Holanda y Francia, solo acabando una carrera hasta dicho GP, en décimo lugar, triunfando en casa desobedeciendo las órdenes de equipo, que le decían que tenía ceder posición frente a Alain Prost, que tenía algunas posibilidades de cara al título. Con 17” de ventaja y en casa, todos estuvieron con él, entendiendo que era lógico no hiciese caso de dichas órdenes. Cuanta diferencia de trato tuvieron los aficionados con él respecto de Pironi -que además no recibió órdenes en San Marino-, ¿eh?
Total, que logró una brillante y merecida victoria en casa, finalizando el año con otro gran triunfo en Italia, en casa de Ferrari, equipo al que iría el año siguiente. Curiosamente, alguno decía que a los tifosi les -nos- daba igual, ya que ganaba el futuro piloto de Ferrari, pero de igual nada, lo que quiere un tifosi es que gane Ferrari, no el futuro piloto de Ferrari.
Con el Cavallino en 1983 fue cuando realizó su mejor temporada y optó, hasta el último Gran Premio, por el título, siendo finalmente tercero. Varias circunstancias se lo impidieron, como la avería eléctrica en Detroit y el quedarse sin cuarta en Austria, carreras que iba a ganar, pero siendo justo, los otros contendientes al título: Piquet, Prost y casi hasta el final su compañero Tambay, también tuvieron lo suyo. Fue la temporada en la que más triunfos logró: Canadá, Alemania y Holanda -esta partiendo décimo- y logró cuatro poles, las últimas de su carrera, al igual que las victorias, en San Marino, Detroit, Canadá e Inglaterra. No tuvo continuidad en 1984 al no dar la talla el Ferrari: ni poles, ni victorias, aunque realizó en Dallas, según él, la carrera de su vida y, de no haber calado el motor en la vuelta de formación, habría ganado de calle, ver artículo:https://elsofadelaf1.blogspot.com/2015/06/rene-arnoux-mi-mejor-carrera.html
Con Ferrari, en 1983, cuajó su mejor temporada. Optó al título y finalizó tercero. |
En su lugar firmó una remontada épica hasta el segundo lugar, el que fue su vigésimo segundo y último podio.
La polémica y el misterio le acompañaron en 1985, sólo disputó el GP inaugural de Brasil, donde acabó cuarto tras una parada en boxes, pero a dos vueltas del ganador y de su compañero Alboreto, que fue segundo. Y es que en parrilla fue séptimo a 2” del poleman, Alboreto. Esas bajas prestaciones, en parte por su baja forma tras la operación de una pierna, causaron que Ferrari lo despidiera. Aunque las verdaderas causas nunca las conoceremos, aunque se dicen, comentan y afirman cosas que no dejan en buen lugar al bueno de René que, de ser ciertas, no sería tan bueno. Pero como están sin confirmar, por un lado y no sabemos el contexto por otro, prefiero darle el beneficio de la duda y no comentarlas. Pero de un modo u otro, no corrió más ese año, fichando por Ligier, equipo con el que corrió sus últimas cuatro temporadas, desde 1986 hasta 1989, sin apenas resultados. En 1986 logró tres cuartas posiciones, dos quintas y una sexta, su mejor año con el equipo, consiguiendo en los tres siguientes sólo un sexto en 1987 y un quinto el año de su despedida, bajo el aguacero de Canadá, mostrando sus cualidades de “verdadero piloto de F1”, merecedor de mejor material.
Fuera de la F1, corrió esporádicamente, pero sin éxito, como si no se lo acabase de tomar en serio, como por ejemplo en Le Mans 1995, de nuevo en Ferrari, en este caso con el 333SP.
En 1987, unas duras palabras de Arnoux sobre Alfa Romeo, provocaron la salida de estos del equipo, lo que no hizo sino perjudicar a Ligier, y a sí mismo. |
En su época de Renault, los “malvados” Renault que los llamaba yo de niño era, para mí, un “villano”, que pasó a ser héroe al fichar por Ferrari y, desde entonces, como casi todo piloto que pasa por la Scuderia, lo tengo en mi corazón. Forza René.
PD: tenía fama de no mirar por los retrovisores a la hora de ser doblado. Cierto o no, en 1988 tuvo encontronazos con su "amigo" Prost y con Berger, a este último apeándolo del liderato en Australia. Sin rencor, René.
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