jueves, 1 de junio de 2017

La tifosi Ferrari

                         Donna de la velocitá







Claro que lo de tifosi Ferrari es una redundancia porque para mí, tifosi significa fan de Ferrari. Sí, ya sé que no es eso lo que significa tifosi, pero me es igual. Lo mismo que las “Velux” son tragaluces, aunque las fabriquen más marcas, tifosi es fan de Ferrari, aunque en realidad lo puedan ser de cualquier cosa.
Aclarado esto, nos situamos en la estación Central de Milán el 12 de septiembre de 2010.
Tres amigos y yo estábamos esperando el tren que os llevaría a Monza -y de ahí en autobús gratuito al circuito- para ver la carrera.
Había un poco de revuelo a la espera del tren. No estaba claro cual coger, y la gente deambulaba de aquí para allá para ver cual era el correcto.
Y entonces la vi, corriendo por en andén con su bandera de Ferrari. Parecía sacada de una comedía romántica italiana de los 60, o de ahora, ya que parecía un cruce entre Claudia Cardinale y Manuela Arcuri.
¿Tan bella era?
Sólo la vi apenas unos segundos, antes de que cada uno fuese por su lado, pero ese es el recuerdo que tengo. Tal vez no era tan guapa, tan deslumbrante, ya que de ser así, se me habría parado el corazón. De sobra es sabido que la memoria no sólo almacena recuerdos, sino que les da lustre.
Sin duda era muy guapa, yo creo -quiero creer que diría Mulder- que tanto como la recuerdo, y si no se me paró el corazón entonces fue por un mero instinto de supervivencia.






Eso fue lo que me permitió seguir tranquilamente -o no tan tranquilamente- hacia Monza a ver triunfar a los Ferrari.
Alonso nos dio -a ella, a millones de tifosi y a mí- la que es la última victoria de Ferrari en Monza hasta la fecha.
Sin duda los dos vivimos un día extraordinario. Además, ese día -y los anteriores- vi muchas raggazinas muy bellas, en Milán, Bérgamo y Monza. Pero ninguna como ella.
Morena y esbelta, tímida y seductora a la vez, corría a por el tren con la bandera de Ferrari al hombro. Más que cualquier otra cosa, verla me produjo ternura, deseos de abrazarla y protegerla -como si yo pudiera proteger a alguien- ya que estaba sola. Al menos no la vi con nadie. Entonces imaginé que ella iría sola al circuito para ver a Ferrari porque ninguna de sus amigas quería acompañarla.
Con gusto lo hubiera hecho yo. ¡Que bien lo hubiéramos pasado! Incluso no me hubiera importado perderme algunas partes de la carrera, contemplándola a ella. Como un partido de tenis, a veces la pista, a veces ella. O siempre ella, con esa belleza eterna y su pelo negro salido de chispas de tinta azul.
Me lo pasé de maravilla esos escasos días que estuve en Italia, y el recuerdo de ella, por extraño que parezca, es el mejor que tengo.

Me gustas mucho, Donna de la velocitá, tifosi Ferrari, pero nunca lo sabrás. ¡Ni falta que te hace!



Claudia Cardinale y Manuela Arcuri




PD   Evidentemente no hay foto de ella, y no encuentro ninguna de una tifosi que la haga justicia, de modo que he puesto estas dos bellezas morenas "de Ferrari", que pueden recordar, aunque sea timidamente, a la Donna de la velocitá, cuyo nombre, siempre será un misterio para mí.



Pese a todo, esto es un blog de F1, aquí está el ganador de la carrera: Alonso con Ferrari.

1 comentario:

  1. Bonita descripción del momento y de la chica, habrá que volver! ;-)

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