jueves, 24 de diciembre de 2020

Conclusiones 2020

 



                            Un año negro




Y no sólo por ser el -nuevo- color del equipo que lleva dominando con mano de hierro desde hace siete años, inédito hasta la fecha, sino y sobretodo por la pandemia del coronavirus, que ha afectado a todo y a todos a nivel mundial.

En nuestro pequeño mundo la consecuencias fueron un retraso en el inicio del campeonato, de marzo a julio, con la consiguiente reducción de pruebas, ya que muchas se debieron suspender. De ese modo el novedoso GP de Vietnam no pudo celebrarse, lo mismo que el regreso de Holanda. Australia, China, Mónaco, Canadá, Francia, México y EEUU fueron otros que tampoco pudieron correrse. Por contra, volvieron Imola y Turquía y se inauguraron -en F1- Mugello y Portimao, cuatro circuitos maravillosos, impresionantes. No todo iba a ser malo.

En principio, ante la incertidumbre de la pandemia, se empezó de suspender sólo China, a dudarse incluso de la celebración del campeonato. Al final, y para que este no tuviese pocas carreras, tres de las mismas fueron dobles: Austria, Inglaterra y Barhéin, en la última de ellas usando dos configuraciones del trazado distintas, algo que también se podría haber hecho en Silverstone.

Ante esta incertidumbre se optó por retrasar un año, de 2021 a 2022, la nueva normativa, obligando a los constructores a usar el mismo coche en 2021 cosa que, a mí personalmente, me parece una memez, lo mismo que el control presupuestario, imposibilidad de cambio de reglajes en caso de lluvia, ausencia de muletos, etc...



Verstappen, como Berger en 1988, fue el único rival del equipo dominante.


Deportivamente fue un peñazo, Mercedes dominó con más autoridad, y no sólo por su buen hacer, sino por el mal hacer de otros, de Ferrari concretamente. Las dudas sobre la legalidad de su motor, que se decía era el más potente de 2019, concluyó con una oscura resolución en la que no se aclaraba nada, salvo que se le impedía usarlo. Eso no quiere decir fuera ilegal -aunque el oscurantismo no ayuda-, ya que no es la primera vez que se haya una laguna en el reglamento y alguien se aprovecha temporalmente de ella, como este año Mercedes con el DAS, dispositivo prohibido de cara a 2021.

Estos aspectos técnicos tan controvertidos, para deducir si son o no legales, a veces es harto complicado, nada que ver con los correctores de altura y los depósitos de agua para refrigerar los frenos de los 80 que, aunque colaron, eran burdas trampas.

Red Bull por su parte, se limitó, como desde 2014, a ganar unas pocas carreras y punto. A diferencia de Ferrari, no se la espera, por ello a poco que haga, queda bien. Así todo se esperaba algo más de ellos este año. Su buen final. Con victoria incontestable en la última cita, abre un halo de esperanza de cara a 2021.

Como datos interesantes, dos equipos y dos pilotos lograron triunfar por primera vez, al ganar el Alpha Tauri de Pierre Gasly en Monza y el Racing Point de Checo Pérez en la segunda de Barhéin.



Las vueltas que da la vida: a Gasly le vino de perlas ser "degradado" de Red Bull a Alpha Tauri.


El primero devolvía a Francia a la victoria luego de 24 años, tras el triunfo de Panis en Mónaco 1996, mientras que en el segundo, Pérez, reverdecía los laureles para Méjico... 50 años después, tras el triunfo del gran Pedro Rodríguez en Spa 1970.

Respecto a los equipos, son nuevos de nombre más que de otra cosa. De hecho, Alpha Tauri no cambió ni de dueños ni nada, sólo de nombre por motivos comerciales, de Toro Rosso al mencionado Alpha Tauri. Racing Point era Force India pero con otro dueño. Nada nuevo bajo el sol. Hay veces que un equipo cambia de modo más radical siendo el mismo, y otras, nada, a pesar de su nueva denominación. La génesis de Alpha Tauri es la añorada Minardi, y la de Racing Point -que en 2021 será Aston Martin-, Jordan.



George Russell en Mercedes. No lo desaprovechó, de haber llevado el "44", nadie lo habría notado.


Acabo esta sección destacando lo bonito que fue ver a George Russell haciendo de Hamilton cuando este causó baja por coronavirus. Tan bien lo hizo, que apenas se notó la diferencia. El rojo de su casco me recordó los tiempos del Kaiser en Mercedes.


Los protagonistas


Mercedes


De flechas de plata a dardos negros. Mercedes tuvo un inesperado cambio cromático.


Por séptima vez los germanos afincados en Inglaterra dominaron con mano de hierro, logrando el séptimo doble entorchado consecutivo, todo un récord, alzando a su piloto estrella, Lewis Hamilton a la cumbre de las estadísticas de la F1 superando al Kaiser Michael Schumacher. La superioridad técnica de Mercedes no admite dudas, de ahí su éxito. Las preguntas, innecesarias pero inevitables, acerca de la calidad de su piloto estrella, Lewis Hamilton, volvieron a surgir a raíz de los récords con los que se ha hecho. No hay que darle muchas vueltas, Mercedes, con unos pilotos buenos habría ganado igual, este año y los demás. Una dupla Norris-Russell habría arrojado un resultado similar. Eso no quiere decir que Hamilton sea un mero adorno, su calidad está fuera de toda duda, pero ante tal superioridad técnica, sus grandes actuaciones, las veces que ha sido decisivo, casi pasan desapercibidas ante las numerosas veces en las que un “mono”, parafraseando a Lauda (1) o a Walter Röhrl (2), habría ganado. Ni siquiera en 2017-18, cuando Ferrari más cerca estuvo, Lewis fue decisivo, al final no lo fue, aunque sin duda, marcó diferencias.

Mercedes estrenó este año un ingenio, el DAS (Dual Axis Steering) que estará prohibido de cara a 2021 -como le pasó este año a Ferrari con su motor de 2019- del que se ha habló mucho al principio y, una vez iniciada la temporada, casi nada. Al final dio la impresión de que dicho ingenio valía más para calentar las ruedas que otra cosa. Aunque lo que yo entendí de este invento es que anulaba la convergencia de las ruedas delanteras, lo que en recta permitía una mayor velocidad punta al haber menor rozamiento y, a su vez, un menor desgaste de neumáticos. Pero no pareció usarse así...

En resumen, ni Mercedes, ni Hamilton, sudaron para consagrarse campeones. Bottas pareció al principio apretar un poco a Hamilton, pero fue un espejismo. Tomó las migajas y gracias, ya que por poco ni eso. El subcampeonato lo obtuvo in extremis, de no ser por los cinco abandonos de Verstappen -él tres-, el subcampeonato se habría ido a Holanda.

Su cambio de color, abandonando por vez primera el color nacional -blanco primero y gris plata después- a raíz del “Black lives matter”, impulsado por su piloto estrella, Lewis Hamilton, habría estado bien como excepción en una carrera, o dos, pero hacerlo todo un año me parece una papanatada impresionante. Cambiar el color del coche por un movimiento de esta índole, progre, por lo politicamente correcto, por darle el gusto a Hamilton, no es normal. En 2021 también serán negros.


Red Bull


Lo mejor de Red Bull fue sin duda, su piloto estrella, Max Verstappen.


Fueron el segundo equipo, pero más por demérito de Ferrari que por el suyo propio. De hecho, de no ser por Max Verstappen, habrían estado acosados muy de cerca por Mclaren y Racing Point.

Ganaron dos carreras, pero con un poco de suerte habrían sido más. Albon pudo ganar en la primera cita, favorecido por el coche de seguridad, pero Hamilton lo sacó de pista.

Verstappen, a su vez, podría haber ganado en la primera de Inglaterra, en Turquía y en la segunda de Barhéin, pero en la primera, al ir a por la vuelta rápida, no se pudieron aprovechar del pinchazo de Hamilton. En Turquía el mismo se autodescartó al ser muy impulsivo y, en Barhéin, Leclerc lo dejó “a verlas venir”.

Pero sus victorias fueron las únicas en las que ganaron de tú a tú a Mercedes. En la segunda de Silverstone, el GP 70 aniversario, fueron mejores por su gestión de gomas, lo que se puede ver, si se quiere, como un mal día de Mercedes pero, en Abu Dabi, no había excusa, los dominaron claramente


Mclaren


Sainz rozó el triunfo en Monza con una actuación estelar.


La gran sorpresa, terceros del campeonato, gracias al buen hacer de sus pilotos, rápidos y sólidos, a pesar de los muchos errores en boxes, sobre todo en el coche de Sainz. El Mclaren no era un gran coche respecto al resto, y mucho menos respecto a Mercedes -que los motorizará el año que viene-, pero sí respecto a los Mclaren precedentes. Sus prestaciones variaban mucho dependiendo de la pista, como por otra parte pasaba en la zona media a la mayoría de equipos, pero fueron lo bastante buenos como para lograr el tercer lugar del campeonato aprovechando, como dije al principio, las grandes actuaciones de sus pilotos. Carlos Sainz superó a Norris en el campeonato, lo que es justo, ya que el desempeño del español fue algo mejor a pesar de los mayores contratiempos que tuvo.

En Monza, Sainz y su Mclaren eran los más rápidos tras el Mercedes de Hamilton, sólo el de él, pero el coche de seguridad que apeó a Hamilton del triunfo fue el mismo que puso a Stroll y a Gasly en primera linea y a Sainz en la tercera. Lo justo para que Gasly pudiera aguantar la recuperación del español.


Racing Point


Licenciado por sus jefes, Pérez se despidió a lo grande, regalándoles una victoria.


Por prestaciones deberían haber sido terceros, pero por el mero hecho de no hacer su propio coche, como dicta el reglamento -a saber por qué coló- al usar un calco del Mercedes W10 de 2019, en lo que se dio a conocer como: “el Mercedes rosa”, no merecieron superar a Mclaren en la clasificación. Y a Renault tampoco. Pero dado que se lo permitieron, corrieron, y a pesar de algún que otro problema mecánico, lo hicieron muy bien.

Lance Stroll dejó de cometer los errores de antaño y aunque no pudo superar a Pérez, muchas veces lo apretó de lo lindo. En la mejor sesión de clasificación del siglo, se permitió el lujo de lograr la pole, en agua, por delante de un inspirado Verstappen. En carrera iba de maravilla hasta que se quedó sin ruedas y se fue hundiendo en la clasificación al no funcionarle el juego nuevo.

Pérez, sin embargo, fue mejorando en cada GP y acabó cuarto el campeonato pese a sufrir dos abandonos -uno con el podio a la vista- y perderse dos carreras por coronavirus. Pero daba igual, tercero no iba a poder ser, y poco le importaba, ya que en su 190 tentativa, récord, pudo al fin alzarse con el triunfo que tanto ansiaba y merecía. Toda la F1 se alegró por él. Y esa victoria la conseguía estando sin volante de cara a 2021. Tal vez ese triunfo le abrió definitivamente la puerta de Red Bull.


Renault


Bonitos colores de Renault en su "despedida". El año que viene tendrán el azul de Alpine.


Con destellos de velocidad, sobre todo a cargo de Ricciardo, que aparte de marcar vueltas rápidas supo gestionar los neumáticos como nadie -con permiso de Checo Pérez-, permitieron al equipo galo luchar por el tercer lugar de la tabla. Pero por velocidad y equipo estaba claro no lo merecían. Racing Point era más veloz y la dupla de Mclaren, más sólida. Pero lograron podios, cosa que Renault no lograba desde Malasia 2011 con Nick Heifeld, lo que fue muy importante de cara a la moral de un equipo que el año que viene, con Alonso en sus filas, deberá tener como objetivo ganar al menos una carrera. En ese caso será bajo su nueva denominación: Alpine.


Ferrari


Leclerc encajó en el patrón piloto Ferrari de "pegada". Muchas veces, fue Villeneuve.


La decepción del año. Al principio se pensaba que era debido al motor modificado de cara a 2020, que no podía usar su tecnología de 2019, pasando de ser el más potente, al menos poderoso. Pero eso sería sólo una parte, ya que como se pudo ver a lo largo de la temporada, el SF1000, denominado así porque este año Ferrari llegó a los 1000 GGPP, era un mal coche en todos los aspectos. Acabar sextos el año no es su peor clasificación de siempre, esa fue la de 1980, décimos, y de no ser por un inspirado y brillante Charles Leclerc, que situó su Ferrari varios escalones por encima de dónde le correspondía, quizá hubiesen sido superados por Alpha Tauri. Sebastian Vettel dio el verdadero valor del Ferrari, un Ferrari muchas veces incapaz de llegar a los puntos. Sin victorias, que no sucedía desde 2016 -al igual que en 2014, 1993, 92, 91, 86, 80, 73, 69, 67, 65, 62 57 y 50-, sin liderar ni un sólo kilómetro, cosa que sólo pasó en 1992 y 1973; luchando con equipos con muchos menos medios, incluso claudicando ante sus clientes, como les pasó con Alfa Romeo en más de una ocasión, Ferrari tuvo a su vez, su propio año negro.

La última temporada de Vettel en Maranello fue para olvidar. Al menos se consoló con su podio y gran carrera de Turquía. De cara a 2021, tanto a uno como al otro, deberían irle mucho mejor las cosas.


Alpha Tauri


Alpha Tauri y Pierre Gasly obtuvieron un regalo inesperado. No se pueden quejar.


Lo más destacado del equipo fue su sorprendente triunfo en Monza aprovechando el coche de seguridad. Pero no fue sólo eso, ya que Gasly estuvo muy “vivo” en la nueva salida, superando a Lance Stroll y luego muy sólido aguantando la remontada de Carlos Sainz. De maravilla para el francés que tuvo que regresar al equipo B de Red Bull tras ser machacado por Verstappen en el principal. De hecho, hasta se dudó de su continuidad. Más cómodo y a gusto, con menos presión, realizó grandes actuaciones, no sólo la de Monza, dominando con claridad a su compañero, el también defenestrado por Red Bull Daniil Kvyat. El Séptimo lugar lo habrían logrado de cualquier manera, ya que el octavo, Alfa Romeo, estaba muy por detrás y Ferrari, lo suficiente por delante como para no poder alcanzarlos.

Gasly marcó la mayoría de los puntos, y de no haber un Leclerc en Ferrari, quizá los habrían superado. Pero lo había, y Alpha Tauri se tuvo que conformar con el séptimo. Claro que tanto Mclaren, como Renault y Ferrari habrían cambiado su lugar en el campeonato por el de Alpha Tauri a cambio de su victoria, de modo que seguro acabaron el año tan contentos, sino más, que estos. Más contentos que Ferrari seguro.


Alfa Romeo


Mal año para una Alfa que no acaba de despegar. Esta marca no merece correr así, como un equipo de segunda.


No dio el antiguo equipo Sauber muchos motivos de alegría a los Alfistas, más bien lo contrario. Sin duda que la primera vuelta en suelo húmedo de Kimi Raikkönen en Portimao es lo más destacado del año del equipo. Y eso es sólo mérito de Kimi, que se convirtió en Alemania en el piloto con más GGPP a sus espaldas, y eso que se tomó dos años sabáticos.

El coche no pareció mejorar mucho a lo largo del año y, al igual que Ferrari y Haas, sufrió las consecuencias de la pérdida de potencia de su motor Ferrari a causa de las limitaciones que le fueron impuestas este año.

Icemán pareció perder un poco de velocidad en calificación, manteniendo su buen hacer en carrera. Fue renovado, al igual que Giovinazzi que, al falta de verlo en comparación con otros pilotos, no parece destacar en nada en particular.

Tres novenos lugares más un décimo, les permitieron sumar ocho puntos, nada de lo que sentirse orgulloso.


Haas


Sólo por su carrera de Hungría, Kevin Magnusen merecía la renovación.


No empezó como el peor equipo -era el Williams- pero acabó como tal, salvo en la tabla. La grandísma -y olvidada- carrera realizada por Magnussen en Hungría, estando, gracias a su audacia, en los puestos cabeceros -tercero durante varias vueltas- al salir -como Grosjean- con ruedas de seco con la pista mojada, acompañado de un muy buen ritmo, dio al equipo su primer punto del año, aunque sólo por la gran actuación de Magnussen, merecieron más. En Alemania, en el denominado GP de Eifel, Grosjean acabó noveno y sumó dos puntos para su casillero y el del equipo, que acabó con tres.

Por lo demás, año para olvidar para el equipo americano.


Williams


Williams mejoró respecto a 2019 y seguirá en la F1, pero sin sus dueños originales.


Empezó sin puntos y acabó sin ellos, fue la “cenicienta” y el farolillo rojo en la tabla, pero no así en la pista, ya que al menos Haas fue peor. Lo mejor del equipo fue George Russell, un gran piloto que apuntaba maneras. Y digo apuntaba porque, si había dudas, las disipó todas en la segunda cita de Barhéin, cuando sustituyó a Hamilton y sólo un error incomprensible en boxes de un equipo que no los suele cometer, le privó del triunfo.

Russell iba camino de puntuar con el Williams en Imola, pero tuvo un accidente tonto calentando ruedas, como les pasó a otros otras veces (Grosjean en Baku 2018 por ejemplo) y en Monza, en la despedida de Claire Williams -y de la familia Williams- de su equipo, Latifi rozó los puntos. Pero no pudo ser.

Al menos parece mantendrán el nombre, que no es poco. El progreso efectuado este año invita al optimismo.


Novedades


El regreso de Fernando Alonso a la F1 es la noticia más interesante de cara a 2021. Suerte.


La más destacada es el regreso de Fernando Alonso al mundial de la mano de Renault, que en 2021 se llamará Alpine, ocupando la vacante de Ricciardo, que se va a Mclaren al asiento de Sainz que, a su vez, ocupará el de Vettel en Ferrari, el cual se acomodará en la “nueva Racing Point”, es decir, Aston Martin -lo de Aston Martin Mercedes, me lo expliquen, por favor-, por el defenestrado durante gran parte del año, Checo Pérez. Red Bull lo ficha en sustitución de Alexander Albon, que causará baja, al igual que Daniil Kvyat, cuyo lugar ocupará el nipón Yuki Tsunoda, tercero en la F2 de este año con tres victorias, del que erroneamente dicen es el primer piloto de F1 nacido en este siglo. Pero digan lo que digan, el año 2000 es del siglo XX, y como nació el 11 de mayo de 2000... pues que no va a tener dicho “honor”.

Haas despide a sus dos pilotos, Magnussen y Grosjean, siempre cuestionados, fichando al más mediático de todos, Mick Schumacher, hijo de su padre, que llega como flamante campeón de F2 y Nikita Mazepin, a menos que la vuelva a liar el ruso, quinto en dicho certamen, pero con dos triunfos, los mismos que Mick .

En el tema “motoril”, Mclaren cambia Renault por Mercedes, el resto, todo igual.

Nos vemos en 2021, que esperemos sea mejor, en todos los sentidos, que este año 2020.


  1. Lauda lo dijo en sus tiempos de director deportivo de Jaguar, alegando que “un mono podría conducir un monoplaza actual”. Corría entonces el año 2002.

  2. Röhrl declaró, en 1982: “un mono ganaría con un Audi Quattro”.



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