martes, 8 de noviembre de 2016

GP de Hungría 1989

   La primera crónica.








Sí, lo fue, y entre esta y la segunda -GP de Italia 2013- pasaron nada más y nada menos que 24 años. Claro que la segunda salió como colaboración para la revista de mi amigo José Gutiérrez de “Mil Lagos Racing” y fue la génesis de este blog, mientras que la primera no fue más que un ejercicio de lengua en el instituto.
La hice con bastante ilusión, y no me debió salir mal del todo ya que la profesora me acusó de copiarla de una “revista de motos”... ¡cuanta ignorancia! Una cosa es no conocer a los pilotos, pero no conocer a Ferrari... eso es grave.
Lo cierto es que sí plagié algo. Plagié una frase que me gustó mucho de la crónica de Javier del Arco para Solo Auto Actual de aquel GP, de la cual tome datos tanto de los cuentavueltas, como de las diferencia entre los pilotos y recortes de tiempo entre ellos. La frase era: “mientras Berger de quitaba el casco Mansell sometía a un acoso implacable a Senna...”
También copié dos expresiones -o motes- como Mchonda para el Mclaren Honda y Ferrari-Ferrari para remarcar que Ferrari se lo hace todo, motor y chasis, aunque eso lo sabe todo el mundo. Motes que sigo usando. Aunque al respecto del último, en 1983, en la revista Grand Prix International ya hicieron algo así para diferenciar medio en broma el Lotus-Renault del Renault oficial, al que llamaron Renault-Renault.
Lo suyo sería, a partir de aquí, publicar mi artículo original de 1989, pero al igual que el resto de mis trabajos de instituto-colegio, este acabó en la basura o se perdió en un traslado en un momento dado.
De modo que como autohomenaje a mí mismo y a mi primer artículo de F1, lo vuelvo a hacer.

Tras su tercer puesto de Alemania, Nigel Mansell había dicho: “puedo prometer que en Hungría el equipo Ferrari va a estar empujando muy fuerte”



Ricardo Patrese dio la sorpresa en los entrenamientos haciéndose con la pole.



Los entrenamientos no parecían dar la razón al inglés, ya que los Ferrari apenas fueron sexto (Berger) y décimo segundo (Mansell) a 1”5 y 2”2 respectivamente del poleman sorpresa Ricardo Patrese que, en 1,19”726 puso a todos en su sitio. Senna, autor hasta la fecha de todas las poles menos dos -las de su compañero Prost en Canadá y Francia- tuvo que ceder ante el empuje del veterano piloto de Padua, que lograba la tercera pole de su vida en su GP número 186, lo que entonces era el récord de participaciones en F1. Nadie más bajó al 1,19”, quedándose Senna y el sorprendente Alex Caffi (Dallara-Cosworth) en el 1,20” con Boutsen, Prost, Berger, etc... por detrás de la barrera del 1,21”
A Mansell se lo vio intentarlo todo, pero el Ferrari no se sujetaba en pista.
Previo a la carrera se celebró, como era habitual hasta que a partir de 2004 se lo cargaron por la estúpida norma del parque cerrado, el warm-up del domingo, que duraba media hora y servía para dar los últimos ajustes al coche de cara a la carrera.
Mansell fue el más rápido, lo que siempre anima, pero lo cierto es que el warm-up no era necesariamente significativo. Palmer con el Tyrrell-Cosworth fue segundo...
La carrera se preveía interesante, aunque yo no esperaba mucho de los Ferrari, pero el hecho de tener a Patrese en pole y a Caffi tercero auguraba una carrera interesante, a diferencia de las anteriores, que salvo avería eran un paseo militar para Mclaren.
En la salida Patrese mantuvo su pole seguido de: Senna, Caffi, Berger, Prost, Boutsen, Nannini, Mansell, Warwick, etc...



Salida: Patrese al mando seguido de: Senna, Caffi, Boutsen, Prost, Berger, Nannini, Módena, Warwick,  etc...



Los Ferrari recuperaron posiciones, Berger dos y Mansell cuatro, buen comienzo.
En la vuelta cuatro Berger superó a Caffi y se situó a la estela del dúo de cabeza, Patrese-Senna.
Y entonces TVE cortó la conexión, para cuando volvió, pasado el ecuador de la carrera, más que volver fue una conexión de dos minutos, Patrese seguía líder con Senna a sus talones y Berger y Prost a continuación, todos en un pañuelo. ¿Berger? Eso era lo que supuse cuando vi la primera imagen, dado la situación anterior, pero cuando lo vi bien, vi que no era Berger...¡era Mansell!
TVE cortó de nuevo pero a los pocos minutos volvió de manera definitiva a Hungría.
¿Que había sucedido en esas treinta y tantas vueltas que TVE dejó en Blanco?
Pues en primer lugar, Prost se ventiló a Caffi en la vuelta ocho y, cuatro después, Mansell se situaba séptimo al superar a Nannini.
Dado que Mansell había decidido -eso lo sabríamos después- no parar a cambiar neumáticos, y que montó el compuesto más blando de los disponibles -el “C” de Goodyear- se tomo con calma las primeras vueltas, pero cuando estaba, en la vuelta dieciocho, a 18” del líder, dejó de conservar y pasó al ataque. A Boutsen se lo cepilló en la vuelta veinte y, dos después, cayó Caffi, lanzándose a continuación, a un ritmo de más de 1” por vuelta más veloz, a por el cuarteto de cabeza, compuesto por la locomotora: Patrese y los vagones: Senna, Berger y Prost.



Superado Boutsen, Mansell empieza su persecución a los líderes.



La parada en boxes de Berger en la vuelta veintiocho -como el número del Ferrari del austríaco- dejó a Mansell a espaldas de Prost. Berger se reincorporaría sexto, tras Caffi, al que adelantaba cuatro vueltas después.
Prost se rendiría ante Mansell en la vuelta 41 y poco después fue cuando TVE tuvo a bien darnos la emisión en directo y hasta el final de tan maravilloso GP.
En la vuelta cincuenta y tres, Patrese era superado a fin de recta por Senna, y a continuación, en la curva dos, por Mansell. Patrese retuvo una vuelta a Prost y Berger, que lo pasaron a continuación, perdiendo 5” en la maniobra.






Una vuelta después, Patrese abandonaba con el motor “cocido” y poco más tarde, en la vuelta cincuenta y siete y: “mientras Berger se quitaba el casco, Mansell sometía a Senna a un acoso implacable”, que llevó al británico de Ferrari a superar al brasileño en un soberbio doble adelantamiento. Senna y el doblado Onix de Stefan Johansson no resistieron el ataque del Ferrari V12 -que bien suena eso- del británico, a la salida de la curva tres. La cosa fue así, Senna alcanzó al Onix y no pudo adelantarlo de inmediato, permitiendo a Mansell salir acelerando mejor y rebasarlos a los dos.
Senna intentó durante varias vueltas devolvérsela al ingles, merced a la mayor velocidad máxima de su Mchonda frente al Ferrari-Ferrari. Pero en vano. Pronto se dio cuenta de que no iba a poder y cejó en su empeño dando por bueno su segundo puesto.
Así, Mansell pudo realizar las casi últimas veinte vueltas tranquilamente, aventajando finalmente a Senna en la línea de meta en más de 25”, Boutsen completó el podio a 38” con Prost cuarto a 44” pidiendo la hora ante un gran Eddie Cheever, autor también de una carrera excepcional con el Arrows-Cosworth, que entró a continuación respirándole en la nuca al profesor.



Mansell acaparó lo focos, pero a la sombra Eddie Cheveer también estuvo sensacional. Con su modesto Arrows acabó acosando a Prost y su poderoso Mp4/5



Sexto fue Piquet a 1.12”, como último hombre con derecho a puntos con su Lotus-Judd y séptimo, en una carrera de más a menos, Alex Caffi, autor de unos grandes entrenamientos pero que no pudo refrendar en carrera, quedándose a un palmo de marices de los puntos.
Mansell rubricó la carrera con la vuelta rápida.
Y esta fue la historia de esta gran carrera, de las que crean afición. Y no es que lo diga yo, sino que lo dijeron varios pilotos una vez finalizada esta, y no sólo Mansell, encantado con su triunfo. Un Mansell que felicitó al equipo pero que se abstuvo de hacer pronósticos de cara al futuro “porque hice uno hace quince días y casi me arrepiento de haberlo hecho”
La gran carrera de Mansell -para Javier del Arco la mejor del León- dio lugar a que José María Bosch, que por entonces hacía las crónicas para el diario Marca, rebautizase al británico como: “Superman...sell”, ¡que pena que no se me ocurriera a mí!
Sea como sea, a pesar de no poder ver la carrera íntegra -algo habitual aquellos años y que duró hasta 2004 en la segunda etapa de telecinco- me lo pasé pipa, y es que aunque no cambio para nada la gloriosa época de dominio de Ferrari, en la que casi me sentaba a ver las carreras pensando en “quien iba a ser tercero”, una victoria así, inesperada en temporadas de sequía -como ahora- siempre sabe mucho mejor. Y es que nadie esperaba una victoria en un circuito, donde adelantar era muy difícil, del piloto que había calificado en décimo segunda posición, salvo quizá, él mismo.



Hungría 13 de agosto de 1989, la simbiosis perfecta hombre-máquina: Mansell y el Ferrari 640.



En esa carrera pude disfrutar de los soberbios contravolantes de Mansell en la última curva del circuito, en los que el coche iba sobre raíles y en los que parecía que las ruedas delanteras no se habían movido de lo rápido del contravolante del león ingles. Pero el volante no engañaba. Un gran espectáculo de conducción que rara vez he vuelto a ver. Con el propio Mansell en directo en Estoril 1992 y con Schumi y su Benetton -aunque no tan perfectos- en Hungría a mediados de los 90 en la misma curva.

Espero que hayan disfrutado de la lectura tanto como yo lo he hecho escribiéndola -ni les cuento viendo la carrera- en la que Mansell rindió honor al Ferrari número 27 -a Villeneuve- y se empezó a ganar por siempre mi corazón y estima, algo que consiguió definitivamente en 1990 con sus actuaciones fuera de serie en Imola, Méjico y Adelaida, entre otras.



2 comentarios:

  1. Yo también he disfrutado de la crónica recordando esa increíble carrera. Felicidades por la onomástica de tus crónicas y de la tuya propia! Un abrazo!

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